CULPA, ¿enemigo o aliado?
¿Qué es la Culpa?
Culpa es la etiqueta que ponemos a un sentimiento. Todo sentimiento nace de una emoción. Y toda emoción tiene una intención positiva, ya que nos señala una necesidad no cubierta.
La mayoría de las personas sentimos culpa en algún momento de nuestra vida. La cuestión es la siguiente: ¿No nos gusta la culpa o cómo vivimos la culpa?
Los seres humanos somos seres emocionales con la creencia heredada de que sentir culpa es “malo”. ¿Estamos seguros de esto? ¿Sentir es malo? ¿Sentir nos hace débiles o humanos?
Al no permitirnos escuchar a nuestros sentimientos, tendemos a reprimirlos o a reventar.
Os propongo comenzar hoy un nuevo camino para gestionar el sentimiento de culpa con éxito.
- Aceptar que está ahí
- Escuchar el mensaje positivo que tiene para mí
- Asumir solo la responsabilidad que me corresponde, ni más ni menos
Es importante tener en cuenta, que la culpa nace cuando pensamos una cosa, pero actuamos de forma contraria, es decir cuando somos incongruentes.
Las emociones que subyacen a la culpa son enfado, que nos dice que no estamos siendo respetuosos con nosotros mismos, y tristeza, que nos dice que tenemos una pérdida de expectativas, valores y amor propio.
Por ejemplo, si quiero estar bien físicamente, y no hago deporte o no cuido mi dieta, ¿qué sentimiento necesito escuchar para cambiar? Culpa
Si la familia es importante en mi vida, y no planifico tiempo con ellos, ¿qué sentimiento necesito escuchar para cambiar? Culpa
Si soy consciente que YO soy lo más importante en mi vida, pero no pongo límites, no me hablo con respeto, ni agradezco lo que hago cada día, ¿qué sentimiento necesito escuchar para cambiar? Culpa
La culpa nos dice que necesitamos cambiar algo para ser congruentes con nosotros mismos y lo importante en nuestra vida.
Por lo tanto la “culpa” no es mala. Creer esto impacta de lleno en cómo la gestionamos. ¿De quién depende seguir juzgándola así o como una fuente de información que nos ayuda a aprender y cambiar?
Es importante también tener en cuenta que somos nosotros los que convertimos la culpa en nuestro peor enemigo cuando no corresponde. Por ejemplo:
- Nos sentimos culpables cuando no llega el resultado esperado y lo vivimos como un error. ¿Cómo es posible que nos sintamos culpables de haber tomado una decisión en el pasado con la información que teníamos entonces? ¿Quién tiene la capacidad de adivinar el futuro? ¿Para que sentirnos culpables por algo que se escapa a nuestra capacidad? No podemos cambiar el pasado, pero sí aprender de él.
- Nos sentimos culpables cuando decimos o hacemos algo que daña al otro o hace que se ponga triste o se enfade. Si hemos actuado de forma asertiva, es decir con respeto, cuidando las formas, el momento y lugar, ¿de quién depende la reacción del otro? ¿Para qué nos responsabilizamos de lo que interpreta, siente y hace el otro? Necesitamos ser conscientes que cada persona tiene el poder de elegir su respuesta. Cada uno es responsable de sus pensamientos, sentimientos y acciones. No nos cargarnos con lo que no nos corresponde.
Recordemos que los sentimientos se basan en las interpretaciones que hacemos y éstas dependen de cada uno.
"Entre el estímulo y mi reacción está mi libertad", sabias palabras del psiquiatra y filósofo vienés Victor Frankl.
Todos tenemos el poder de elegir seguir sufriendo o aprender a gestionar la culpa de forma productiva. Para ello os invito a mantener la siguiente conversación con la culpa:
- “Querida culpa, ¿cuánto tiempo llevas conmigo? ¿Cuál fue el estímulo que te despertó?
- ¿Para qué estás ahí? ¿Qué me estás diciendo que necesito aprender o cambiar para sentirme bien conmigo mismo?
- ¿Qué voy a ganar si a partir de ahora escucho tu intención positiva?
- ¿Qué relación vamos a tener tú y yo a partir de ahora?”
Por último, os invito también a probar sustituir la palabra “culpa” por “responsabilidad” y a observar el impacto de este cambio en vosotros y en los demás, teniendo presente que solo podemos asumir nuestro 100% de responsabilidad, no más.
¿Cómo veis ahora a la culpa? ¿Es un enemigo o un aliado?
¡Mucho éxito!