El arte de LIDERAR
¿Qué líder queremos ser? ¿Qué nos hace ser buenos líderes?
Liderar es un arte. Es hacer crecer a los demás. Es respeto, firmeza y confianza. Es seguir para que te sigan. Es gestionar espacios emocionales. Es inspirar y proteger. Es coordinar acciones, apostar por la eficiencia. Es visión e ilusión. Es observación y escucha.
¿Nacemos o nos hacemos líderes? Liderazgo es una habilidad con la que nacemos, pero también podemos desarrollarla si conectamos con el ser único y auténtico que somos, si estamos en disposición de aprender y cambiar.
Aquí algunas pautas para conseguirlo.
Nuestra responsabilidad es liderarnos primero a nosotros mismos antes de liderar a los demás. Cuando escuchamos nuestras propias emociones, pensamientos y necesidades, sabremos cómo acompañar a los demás a que hagan lo mismo.
Un buen líder se ocupa de lo siguiente:
- Abrir posibilidades de crecimiento
- Ser congruente entre lo que piensa, siente y hace
- Escuchar, preguntar y asegurar que lo que transmite es entendido por lo demás
- Elegir el momento, lugar y forma adecuada para comunicarse
- Confíar en sí mismo y generar espacios para la autoconfianza
- Da feddback constructivo
- Declarar “no sé”, mostrar una actitud de aprendiz
- Delegar, dar espacios para que otros aporten
- Generar sentimientos de pertenencia
- Innovar, crear, transformar
- Marca objetivos concretos, medibles, retadores y motivadores
- Potenciar el talento, hacer que su equipo brille
- Predicar con el ejemplo
- Potenciar el respeto propio y ajeno
- Reconoce las equivocaciones y aprender de ellas
- Pedir perdón, perdonar y perdonarse
- Toma decisiones y dejar que otros también decidan
- Ser confiable, creible y competente
¿Qué nos va ayudar a conseguirlo?
Flexibilidad antes los cambios. Perseverancia ante los obstáculos. Humildad para reconocer las equivocaciones. Coraje para afrontar nuevos retos. Sabiduría para reconocer las áreas de mejora. Generosidad para compartir los conocimientos. Sentido del humor para resolver conflictos. Paciencia para conseguir acuerdos. Agradecimiento propio y ajeno. Darnos cuenta que cada persona es un ser único, auténtico e irrepetible, y por lo tanto ¿para qué compararnos?
¿Quién es un buen referente? ¿Para qué no copiarlo? ¿Qué vamos a ganar si lo hacemos?
Cada persona tiene sus propias respuestas. Os ánimo a escucharlas y actuar en consecuencia. ¡Mucho éxito!